Buenos días hermanas, padres de familia, maestros, personal educativo y alumnos, es un honor dirigir estas breves palabras.

Primero quiero agradecer a Dios que nos permite coincidir en este tiempo y espacio, para poder construir su Reino y ser instrumentos de Amor y Bondad.

Preparando estas palabras pensaba en la importancia de hacer las cosas con toda conciencia, poniendo todo de nuestra parte, que  implica asumir retos, logros, éxitos  y fracasos.

Lo anterior lo podemos hacer realidad si pronunciamos una palabra tan sencilla pero con gran relevancia; esa palabra es SI, que en nuestro lenguaje es una afirmación que damos frente a una pregunta o invitación.

Este sí que les invito a pronunciar al inicio de este ciclo escolar, tiene como modelos a Jesús Verbo Encarnado que con su SI pronunciado le da un nuevo sentido a la historia de la humanidad, la Virgen María dice SI al proyecto de Dios Padre, acepta ser la mamá de Jesús y NVM Jeanne Chézard de Matel que descubre en su vida la invitación de Jesús a ser la fundadora de una gran Orden.

El SI de cada uno de los que integramos el Colegio hará posible una mejor sociedad, permitirá que todos estos niños, niñas y adolescentes sean mejores personas.

Digamos SI a un nuevo ciclo escolar, a conocer nuevos amigos y maestros, a brindar confianza al otro, a crecer como estudiantes, maestros, padres de familia y religiosas.

De manera personal SI a nuevos retos, a perdonar, a aceptar nuestros errores, SI a descubrir nuestros dones y talentos para ponerlos al servicio de los demás y trabajar en equipo y un SI a encontrarnos con Dios que nos ama con infinita ternura.

Así mismo agradezco a los padres de familia que al decir SI al Colegio Eufrosina Camacho Viuda de Ávila, nos confían el tesoro más grande que tienen, sus hijos e hijas. Esperamos que como comunidad educativa podamos corresponder a su confianza.

Finalmente, me encomiendo a sus oraciones para que el servicio que se me ha encomendado lo desempeñe con humildad, sencillez y caridad.

Sean Bienvenidos.

Alabado sea el Verbo Encarnado.                            ¡Para siempre!